Con la llegada del otoño, en Óleo Jarico llega el momento más esperado del año, el que culmina todo el trabajo de estos meses. Iniciamos la campaña de recogida de nuestra aceituna y comenzamos la producción del aceite de oliva virgen extra un proceso en el que volcamos todo el saber hacer y el cuidado que nos caracteriza para dar como resultado un producto de una calidad excepcional.
El secreto de este oro líquido empieza desde el momento en que elegimos cada olivo cuidadosamente. Porque estamos presentes en todo el proceso de producción, desde la misma siembra, con un ciclo integral único en Almería. Esto nos permite seleccionar los mejores ejemplares y cuidar su desarrollo en cada momento para que el árbol esté en condiciones óptimas y dé lo mejor de sí. Son muchos años de experiencia en los que hemos sabido crear el entorno perfecto.
Por eso ahora que empezamos con la recolección, nuestros maestros olivareros saben perfectamente cuál es el momento ideal para iniciar el proceso, porque hemos estado junto al árbol durante todo el año. Seleccionamos los mejores frutos y los obtenemos por los medios más respetuosos para que lleguen a la almazara en las mejores condiciones.
Molido el mismo día
Es entonces cuando llega la auténtica magia. Molemos el fruto el mismo día en que recolectamos las aceitunas. Solo así se puede conseguir una calidad perfecta y un equilibrio esencial entre los sabores y los olores, sin perder nutrientes ni cualidades. Siempre es un placer visitar nuestra almazara en esta época y ver surgir un aceite fragante, rico y lleno de las mejores características.
Nuestros aceites de oliva son monovarietales. De este modo aseguramos al consumidor el disfrute de las características propias de cada variedad, arbequina, picual o lechín, que embotellamos en nuestra almazara.
Cada lote de aceite de oliva virgen extra es cuidadosamente catado por nuestros expertos maestros para asegurar la máxima calidad y que el producto final que ofrecemos a nuestros consumidores cumple con nuestros elevados rangos de calidad. Solo aunando la mejor tecnología con el saber hacer tradicional puede conseguirse un resultado como el nuestro.
Solo queda ya, llegado este momento, el envasado, que hacemos en recipientes pensados expresamente para conservar las cualidades de nuestro aceite de oliva y aseguran que va a llegar al consumidor sin perder ni un ápice de las bondades del producto. En la almazara abrimos nuestras puertas a los visitantes previa cita para que conozcan el proceso completo del que surge nuestro producto.
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