En la calidad de un buen aceite de oliva virgen extra influyen muchos factores. Además de el mimo en la elección de las variedades y en la posterior recolección y fabricación, el clima en el que crecen los olivos es quizá uno de los elementos más importantes para que el producto final tenga una calidad excepcional. Y en este sentido el clima de Almería cuenta con unas características únicas que lo convierten en un territorio idóneo para el desarrollo de los olivares.
El olivo, como es sabido, es un cultivo de secano, que necesita de un clima cálido y seco para prosperar, con inviernos suaves y primaveras y otoños no muy húmedos. En Almería se dan todas estos condicionantes dentro de los parámetros más favorables para el crecimiento de los olivos. Las heladas, que son una de las principales fuentes de estrés para este cultivo, prácticamente son inexistentes en Almería.
Además los olivos frenan su crecimiento en verano si las temperaturas son muy elevadas, por encima de los cuarenta grados, pero en Almería no es frecuente que lleguen a darse temperaturas tan extremas lo que protege el árbol y favorece el equilibrio hídrico del fruto. Las precipitaciones en la provincia se sitúan en torno a 280 mm anuales, unas condiciones perfectas para el crecimiento de los olivos.
Sabor suave
Todas esta cualidades meteorológicas ayudan a proporcionar a los aceites cultivados en Almería unas cualidades únicas, que lo diferencian de otras zonas de producción. Los aceites producidos en la provincia tienen un toque más afrutado y suave, lo que le da un toque característico, independientemente de la variedad.
Además, la composición del suelo en Almería favorece también el correcto desarrollo del árbol ya que por lo general facilita la acumulación de agua en el subsuelo y el crecimiento de las raíces, que en el caso de los olivos pueden llegar a ser hasta el triple de amplias que la copa del árbol. Esta es una de las adaptaciones del olivo para aguantar los meses de verano, aprovechando la humedad del subsuelo.
Las hojas del olivo también están adaptadas para minimizar la cantidad de agua que pierden. Su tamaño pequeño, su distribución y la forma de las ramas reducen mucho la transpiración en condiciones de calor y bajan la temperatura en el interior de la copa del árbol. De este modo el olivo puede soportar temperaturas elevadas, pero también aguantar bien en condiciones de frío como las que pueden darse en el campo almeriense.
Cuidado y calidad en todo el proceso
A todas las bondades de Almería para el desarrollo del olivar en Óleo Jarico se añade el especial cuidado de los maestros aceiteros que controlan todo el proceso de producción del aceite, desde la misma elección de los esquejes hasta el momento del envasado del aceite. De este modo se garantiza que el cuidado del árbol y de la aceituna ha sido el máximo y que se han seguido todas las medidas para que la calidad del aceite se ajuste a los estándares más elevados.
Óleo Jarico lleva más de dos décadas de innovación en el terreno de la producción de aceite de oliva, aunando los métodos tradicionales con las últimas innovaciones para producir un aceite de oliva que destaca por su equilibrio y sabor.
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