El proceso de elaboración del aceite de oliva virgen extra es todo un arte en Óleo Jarico. Desde el principio de nuestra trayectoria, hace ya más de tres décadas, teníamos muy claro que queríamos apostar por mantener el proceso tradicional de fabricación del aceite, empleando métodos naturales que mantengan todo el sabor y todas las propiedades de nuestro AOVE. Nos avala para ello nuestro sello en agricultura ecológica, que demuestra ese compromiso. Una forma de trabajar que hemos ido perfeccionando a lo largo de los años, con trabajo, tesón y pasión por ofrecer el mejor producto posible. Una parte fundamental de este proceso es la decantación natural de nuestro aceite, sin recurrir al filtrado del mismo.
¿En qué consiste este proceso? Antes que nada, es necesario entender bien el camino que recorremos con cada remesa de producción de aceite. Nuestras olivas son escogidas cuidadosamente en su punto perfecto de maduración y pasan al proceso de molienda en el mismo día, en un plazo muy breve. Esto es importante ya que solo de este modo se puede garantizar la máxima frescura y, por lo tanto, que el fruto está en las condiciones óptimas. La mezcla obtenida pasa por un proceso de centrifugación que sirve para separar el líquido de los restos sólidos que pueden quedar mezclados en forma de micropartículas. Es aquí donde entra en juego la decantación.
En lugar de recurrir a un proceso de filtrado para eliminar esta parte sólida, en Óleo Jarico dejamos que nuestro aceite de oliva virgen extra repose durante días en nuestras bodegas para que las micropartículas se asienten por sí mismas, en un proceso totalmente natural, que no daña ni modifica las características del aceite. Durante este proceso, el aove se mantiene a una temperatura constante de entre 18 y 20 grados, que es la adecuada para que este proceso, conocido como ‘aposo’ se lleve a cabo de una manera óptima. Tras un mínimo de 20 días la decantación concluye y el aceite ya está preparado para el envasado.
Un sabor y un carácter único
Este proceso de decantación influye en las características del AOVE, otorgándole un sabor y un carácter más definido. Tradicionalmente, esta era la manera habitual de tratar el producto en las almazaras, pero con el tiempo ya quedan muy pocas que apuesten por esta metodología. La recompensa es poder ofrecer un virgen extra de una calidad excepcional, sin dañar las cualidades organolépticas del aceite y consiguiendo unos matices que convierten cada una de nuestras remesas en un espectáculo para los sentidos.
En Óleo Jarico somos especialistas en todo el proceso de producción del aceite. Contamos con un ciclo integral único en la provincia de Almería. Nuestro viaje comienza desde la misma selección de los esquejes de olivo, seleccionando las mejores plantas para crear nuestro olivar. Nuestro vivero es uno de nuestros mayores orgullos. Desde él ponemos los cimientos para producir un aceite excepcional, cuidando con mimo nuestros árboles y nuestra cosecha.
Además, estamos especializados en la producción monovarietal, cuidando todas las características propias de cada una de ellas. Solo así puede llegar a ofrecer al consumidor un aceite de oliva virgen extra que es ante todo un producto gourmet, en el que el sabor y el aroma se unen para crear una experiencia gastronómica única.
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